Nutrición y Alimentación Canina

por Amalio Lasheras
2 de julio de 2002


Autor:
Original en http://personales.mundivia.es/amalio

INTRODUCCIÓN

<<Sabemos más de la alimentación de los perros que de la nutrición del hombre>>

Dr. George M. Briggs, Ph. D.

El perro es sólo y absolutamente lo que marca su genética en cuanto a posibilidades máximas, eso es cierto, pero los animales no pueden alcanzar sus mejores expectativas de desarrollo y de salud si los factores ambientales no les son totalmente propicios. Y, de esos factores, el más importante, junto con la vigilancia sanitaria y la atención veterinaria, es la alimentación. Cada tendón, cada célula, cada parte del perro proviene de lo que come y la calidad de su vida no será mejor que la calidad de sus alimentos. La raíz de la excelencia es el consumo de nutrimentos adecuados y debidamente conjuntados.

El conocimiento de la nutrición básica y de las necesidades nutricionales de los perros sanos forma parte integral de las practicas correctas de alimentación.

El competitivo mercado actual pone a nuestra disposición un amplio abanico de alimentos comerciales. Estos productos se pueden adquirir en supermercados,<<pet shop>> y clínicas veterinarias. Presentan una gran variedad en cuanto a la fórmula de sus componentes nutritivos, digestibilidad y sabor, así como su forma, textura y aroma. Esta gran cantidad de productos, junto con la publicidad comercial y las falacias sobre nutrición, crean una gran confusión entre profesionales y aficionados sobre la nutrición ideal de sus animales de compañía. Unos conocimientos básicos de los fundamentos de la nutrición son requisitos indispensables para poder evaluar las necesidades de nuestras mascotas.

Hay dos factores a considerar con respecto a asimilación de los alimentos y que no varían nunca: los procesos del cuerpo y la calidad de los alimentos. Nos explicamos: detrás de los procesos del cuerpo está nuestra herencia genética; es decir, las funciones de nuestro cuerpo están en relación con la información genética programada en cada célula. La herencia genética, según el antropólogo Richard Leakey, se remonta a cientos de miles de años. Los procesos metabólicos fundamentales, que convierten los alimentos en sustancias y energías para todos los seres vivos, no han variado ni un ápice en todo este tiempo.

Esto nos conduce al  segundo factor de la asimilación alimentaria: la calidad de la alimentación. En libertad, los cánidos comen, como es obvio, lo que encuentran o pueden cazar, y más el perro, que es un omnívoro oportunista; en libertad no comería sólo lo que consideramos parte noble de la carne: para su adecuada alimentación necesitaría complementar con las vísceras de sus víctimas, con todo lo que esto conlleva de problemas de infecciones parasitarias, así como también determinadas bayas y frutos como complemento. En su larga historia compartida con el ser humano, de subordinación, servicio y compañía, el perro siempre ha sido, nutricionalmente considerado, no un carroñero, sino un basurero que comía los desperdicios que encontraba o, si tenía mucha suerte, de lo que le sobraba a su dueño. Es decir, o desperdicios, o caprichos. Pocos eran los que tenían la fortuna de recibir una comida específica. Actualmente eso ha terminado, por suerte. Hoy en día nuestros perros se sustentan de alimentos comerciales creados especialmente para ellos, y que cubren las necesidades peculiares de cada edad, tamaño e incluso actividad. Esto nos lleva a considerar que la alimentación comercial puede ser superior a la que el animal tomaría en plena libertad.


ELEMENTOS DE LA NUTRICIÓN

ALIMENTOS CALÓRICOS

LAS PROTEÍNAS

La alimentación ideal se compone de una serie de elementos que se interrelacionan entre sí, aunque cada una tenga su propia identidad, favoreciendo la propia utilización y asimilación y la del conjunto.

De entre ellos destaca como una estrella de primera magnitud una palabra: La proteína, pero... ¿qué son las proteínas? El término proteína fue elegido en 1838 por Mulder, partiendo de una raíz griega que significa <<venir primero>> o <<de primera importancia>>. La proteína puede considerarse el ingrediente más importante de la dieta, ya que es ella la que contribuye a la formación del cuerpo. La proteína es el constructor de toda la naturaleza, desde el insecto más pequeño y microscópico hasta del árbol más gigantesco. Pero no hay que olvidar además que, para facilitar la asimilación de proteínas en el cuerpo se necesitan grasas, minerales, fibras, vitaminas... Ninguna de estas sustancias se puede formar por si misma. Forman realmente equipo y logran éxitos en el cuerpo cuando están todas disponibles a un mismo tiempo. Las comidas deben ser lo más completas posibles, pero es de primordial importancia ingerir proteínas en la cantidad y calidad adecuadas.

Las proteínas son tan especiales por un elemento que les da sus cualidades y que marca la diferencia con los hidratos de carbono y con las grasas: el nitrógeno. Cada molécula de las proteínas (cada aminoácido) está formada por cuatro elementos: el carbono, el hidrógeno, el oxígeno y el nitrógeno. El resto de las sustancias que componen el cuerpo está formada por las tres primeras. Por eso los alimentos abundantes en proteínas son llamados también ricos en nitrógeno. Sorprende que un átomo de nitrógeno pueda imprimir la calidad de constitución a la molécula de proteína.

Las proteínas participan en muchas cosas a la vez. El alimento nitrogenado responsable de la construcción del cuerpo es la proteína, base de la formación de cada célula del cuerpo: se encuentra prácticamente en todas partes. La proteína forma parte del pelo, de las uñas, de la piel, de las enzimas, está en el sistema nervioso, en el cerebro, en los músculos, en el hierro que hay en las células rojas de la sangre, en la hemoglobina, al igual que en las hormonas que controlan las funciones del cuerpo. Una proteína, la albúmina, recoge los productos residuales del cuerpo y procede a su eliminación, sin ella el cuerpo se hincharía y sería víctima de una intoxicación. Los anticuerpos que el cuerpo fabrica para combatir a las bacterias y virus están compuestos de proteínas. Y como colofón: las proteínas, en caso necesario, se pueden convertir en energía.

Los aminoácidos o moléculas de proteínas son aproximadamente veintidós de los cuales el cuerpo puede crear diez a partir de otros alimentos si hubiera necesidad de ello. Los doce restantes tienen que estar presentes en cada una de las comidas en cantidad suficiente para que el perro se mantenga sano. Esto nos lleva de lleno a la calidad de los alimentos que hay que añadir al conjunto bioquímico.

Cuando se come un trozo de carne es claro que no circula por la sangre en forma de filete. El cuerpo tiene la capacidad de descomponer la carne en partes más pequeñas incorporándolas al animal. Estas partes pequeñas son los aminoácidos. De estos veintidós aminoácidos pueden existir infinidad de combinaciones que, según estén formadas tendrán características diferentes, por ello una célula roja de la sangre es distinta a otra del pelo o de la piel, igual que el perro es distinto a cualquier otro animal o cosa viviente. La naturaleza ha desarrollado esta maravillosa propiedad a través de millones de años.

La principal diferencia entre las distintas marcas comerciales es la procedencia de la proteína y el valor biológico de las mismas. Según sea su calidad, así las asimila el organismo. En los suplementos podemos encontrar las de soja, que hace años eran las únicas que se encontraban, pero su valor biológico es el menor. Después, las estrellas eran la que venían de la leche. Inmediatamente después las <<mejores>> eran las que tenían su origen en la clara de huevo. Desde hace unos años los suplementos de proteína de mejor calidad son los que están compuestos por proteína de suero de leche. Esta es la proteína de mejor calidad, la que el cuerpo asimila en mayor proporción y, evidentemente, también la más cara.

La calidad se podría definir como <<el grado de excelencia que posee una cosa>>. Relacionando esto con las proteínas intentaremos que los alimentos proteínicos contengan:

  • Altos porcentajes de proteína por cada unidad de peso
  • Equilibrio en éstas de los aminoácidos esenciales
  • Los aminoácidos que el cuerpo no puede producir se denominan <<aminoácidos esenciales>>. Cuando los alimentos proteicos destinados al perro contienen los diez en cantidades suficientes son conocidos como proteínas completas.

DESEQUILIBRIOS PROTÉICOS

Normalmente se tiende a dar una cantidad excesiva de proteínas en la alimentación canina, sin tener en cuenta de que <<más no es mejor>>. De un consumo excesivo de proteínas puede resultar daños renales e incluso una aceleración del envejecimiento.

Por otra parte la aportación insuficiente puede dar lugar a crecimientos reducidos o retardados en los cachorros, peso insuficiente, menor actividad y una menor producción de leche.

Estas deficiencias proteicas pueden deberse a:

  • Cantidad inadecuada de alimentos.
  • Poca calidad o falta de digestibilidad.
  • Utilización de las reservas de proteínas como elemento energético en sustitución de las grasas y de los hidratos de carbono.
  • Poca cantidad de proteínas en la comida.
  • Dificultades para absorber o digerir esa proteína.
  • Enfermedades

ACEITES Y GRASAS

  • Grasas: sólidas a temperatura ambiente. Ácidos grasos de cadena larga.
  • Aceites: líquidos a temperatura ambiente. Ácidos grasos de cadena corta o insaturados.

Son necesarias en la dieta por cuatro causas fundamentalmente:

  1. Para mejorar la palatividad.
  2. Para mejorar la absorción de las vitaminas liposolubles.
  3. Como fuente de ácidos grasos esenciales.
  4. Como medio de obtener energía

HIDRATOS DE CARBONO

El perro no tiene en teoría necesidad de hidratos de carbono, en estado natural los cánidos no los ingieren prácticamente, pero dado que durante milenios los perros han sido alimentados con sobras de comida humana que contenían primordialmente estos elementos, y de que la comida comercial los contiene en gran cantidad, no tiene sentido práctico discutir sobre esa circunstancia. Los hidratos de carbono proporcionan energía e influyen fuertemente en la función gastrointestinal. Crudos no pueden ser digeridos, pero cocidos ven incrementada su digestibilidad en más de un 90 %. Los cereales son la principal fuente de hidratos en la comida para perros y hay hidratos en todas las comidas industriales para perros.

Se pueden clasificar en dos grupos:

  1. Solubles: son aquellos que el perro puede digerir y transformar en energía.
  2. Insolubles: no proporcionan energía ni son digeribles. Son conocidos con el nombre de fibra. Reducen la necesidad energética del alimento.

ALIMENTOS NO CALÓRICOS

AGUA

Es, con mucho, el nutriente más importante. Todos los seres vivos dependen del agua para sus procesos vitales. Puede sobrevivirse perdiendo prácticamente todas las reservas de grasas, de glucógeno, la mitad de las proteínas y otro tanto del peso total, sin embargo la disminución de un 15 % del agua total, es la muerte segura. El cuerpo de un perro adulto se compone de aproximadamente un 60 % de agua. En un cachorro recién nacido el porcentaje es de un 85 %.

En condiciones patológicas o de tensión tales como diarreas, ejercicio extremo, temperatura ambiente exagerada, lactación, etc., aumentan espectacularmente las necesidades de este elemento.

Después del oxígeno, el agua es el elemento más importante en la alimentación. Es esencial para regular la temperatura corporal, lubrica los tejidos y actúa como medio fluido para el transporte de los sistemas linfáticos y sanguíneos. La adicción de agua aumenta la resistencia durante el ejercicio. Por otra parte los perros que toman agua durante el trabajo pierden menos peso que los que no la reciben.

Se obtiene por:

  • Ingestión directa.
  • Una pequeña parte, por metabolización a partir de las grasas y de los hidratos de carbono.

La piel actúa como receptor de agua en una cantidad aproximadamente igual a la del resto del cuerpo. La ingestión de agua y la de alimentos está fuertemente relacionada, a menor ingestión de agua se produce una menor toma de alimentos, con una repercusión directa sobre el crecimiento y el aumento de peso.

La temperatura del cuerpo se regula en el perro de una manera que difiere totalmente de la del ser humano. En el hombre la sudoración produce una evaporación que enfría su epidermis. El perro no se refresca de esa manera, porque el perro no suda. El perro se refrigera por medio de la evaporación del agua en sus conductos respiratorios por medio de sus fosas nasales. También pierde algo de calor por convección a través de la piel (y por conducción y radiación)

Algunas enfermedades pueden tener transmisión directa por medio del agua, como la leptospirosis. Es demostrado que, en el ser humano, se dan casos de infección con L. canícola por nadar en aguas contaminadas. El agua puede contener bacterias, substancias químicas, virus, nitritos, nitratos, cloros concentrado, metales pesados...Todo esto puede producir diarreas, trastornos del metabolismo e incluso la muerte.

Es de desear que la calidad del agua sea similar para el hombre y el perro. Debe tomarse fresca, no demasiado fría, eso es lo más conveniente. Demasiado fría puede producir contracciones intestinales y diarreas.

VITAMINAS

Las vitaminas son elementos orgánicos esenciales para el funcionamiento de los procesos metabólicos del organismo, como los minerales son esenciales para la vida.

Esbozando un principio de organización los podríamos dividir en hidrosolubles y liposolubles según se disuelvan en agua o en aceite.

No tienen la misión de proporcionar energía. Son moléculas reguladoras de una amplia serie de funciones fisiológicas.

Se le atribuyen una serie de cualidades terapéuticas, muchas veces infundadas, generalmente están sobrevaloradas por campañas publicitarias que han provocado una moda de suplementación que muchas veces conducen a hipervitaminosis. Por el contrario las carencias son raras y sólo se dan en alimentaciones caseras o en productos comerciales de muy baja calidad. Las hipervitaminosis se producen siempre con las vitaminas liposolubles, el exceso de las hidrosolubles se elimina con la orina.

Se distinguen porque:

  • Son sustancias orgánicas.
  • Sus necesidades diarias son mínimas, se miden en miligramos o microgramos.

Vitaminas liposolubles.

Vitamina A (retinol): tiene como principal misión mejorar la visión y el crecimiento óseo en los animales jóvenes, regularizando también el sistema nervioso y mejorando la resistencia a las enfermedades. El perro, lo mismo que muchos mamíferos, tiene la cualidad de sintetizarla a partir de precursores y convertirla en vitamina A activa. De los carotenoides, de los cuales el betacaroteno es el más importante, son desdoblados por una enzima dioxigenasa en la mucosa intestinal, generando retinol (vitamina A).

Se observa pocas carencias de esta vitamina en el perro. Su insuficiencia puede producir alteraciones en la reproducción, conjuntivitis, ceguera nocturna y mala calidad del pelo. El exceso anorexia y pérdida de peso. Se necesitan aproximadamente 5.000 U. I.

  • Vitamina D (calciferol): mejora el equilibrio del metabolismo fosfocálcico y la absorción de calcio. El perro tiene la cualidad de sintetizar la vitamina D3 cuando la piel se expone a los rayos ultravioletas del sol, debido a lo cual sus necesidades suelen ser pequeñas. Se ha demostrado que el perro no tiene capacidad para sintetizar por si mismo las cantidades necesarias de esta vitamina. Su carencia produce problemas óseos, su exceso anorexia. Dosis diarias de 500 U. I.

  • Vitamina E (tocoferol): Antioxidante y protector ante las patologías musculares del esfuerzo. Actúa como antioxidante neutralizando los radicales libres, la vitamina E y el selenio actúan de manera sinérgica.
    Su carencia se ha asociado a la degeneración muscular, problemas reproductivos, degeneración retiniana y alteraciones en la respuesta inmunológica. Excesivas dosis producen anorexia. Cincuenta miligramos por kilo de peso.

  • Vitamina K: sintetiza los factores de coagulación. Se incluyen un grupo de compuestos denominados quinasas. Sintetizan la protrombina y es necesaria para la coagulación sanguínea normal. No se ha observado carencia de ella en los perros. Niveles excesivos son peligrosos.

Vitaminas hidrosolubles.

En el perro principalmente las del grupo B. El organismo tolera cualquier exceso de estas vitaminas sin menoscabo para su salud. Intervienen en la utilización de los alimentos y en la producción de la energía por el organismo.

  • Vitamina B1 (tiamina): indispensable para el metabolismo de los glúcidos y la función nerviosa.
    Es necesaria para la utilización de los hidratos de carbono para obtener energía y en su conversión en grasas y ciertos aminoácidos.
    Su deficiencia afecta significativamente el funcionamiento del sistema nervioso central debido a la dependencia de los hidratos de carbono para la obtención de energía. Es una vitamina muy sensible al calor y por lo tanto fácilmente destruible en los alimentos procesados. Su deficiencia en perros es muy escasa y se debe casi siempre a la presencia de factores antitiamina en el alimento. Su deficiencia produce anorexia, parálisis, vómitos, alteración de los reflejos, postración o convulsiones, se necesita un mg/kg No es tóxica a ningún nivel.

  • Vitamina B2 (riboflavina): es la responsable de que cuando la tomemos, sea sola o asociada haga que la orina tenga un tinte amarillento y un peculiar olor. No es demasiado sensible al calor pero sí a la luz. Es necesaria para liberar las coenzimas necesarias para producir energía a partir de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas. Su insuficiencia altera la calidad cutánea, son aconsejables las tomas diarias de 2,2 miligramos por kilo de peso. Su exceso se elimina con la orina.

  • Vitamina B6 (piridoxina): es necesaria para el metabolismo de los aminoácidos y en menor grado interviene en los de la glucosa y los ácidos grasos. La carencia de esta vitamina produce convulsiones y anemia. Como todas las vitaminas de grupo B su exceso no es tóxico. Un miligramo por kilo.

  • Vitamina PP: promueve la integridad de los tejidos.

    Ácido fólico: indispensable para el metabolismo de las proteínas y la síntesis de la hemoglobina. En casos de deficiencia de esta vitamina disminuye el crecimiento y la maduración celular, esto se manifiesta clínicamente con la aparición de anemias. Cero dieciocho miligramos por kilogramo de peso. No es tóxica.

  • Vitamina B12 (cianocobalamina): metabolismo de las proteínas y síntesis de la hemoglobina. Es la única vitamina que contiene un oligoelemento. Su deficiencia da lugar a anemias. Sólo se encuentra en alimentos de origen animal. A diferencia de otras vitaminas hidrosolubles el organismo puede almacenarla, son necesarias 0,02 mg/kg. al día. Sólo en experimentos de laboratorio se ha conseguido que produzca anemias, el organismo soporta cualquier dosis máxima.

    Ácido pantoténico: integridad de los tejidos. Se encuentra presente en todos los tejidos del cuerpo, interviene en numerosos aspectos de la metabolización de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas. Su deficiencia es extremadamente rara. Su falta provoca convulsiones, gastritis, enteritis y anorexia. No existen datos sobre su toxicidad.

  • Vitamina H (biotina): integridad de la piel. Interviene en el metabolismo de los glúcidos, de los lípidos y de las proteínas. La yema del huevo la contiene en gran cantidad, pero la clara la destruye por medio de la avidina. Es por eso que es necesaria la cocción del huevo para su completa asimilación. Es indispensable para que no aparezcan problemas cutáneos, debilidad, diarrea, parálisis y anorexia, dosis aconsejables de 0,1 miligramo por kilo de peso y día. Ninguna toxicidad.

  • Vitamina B4 (colina): metabolismo de los lípidos. Mejora los sistemas inmunológicos. Es una precursora de la acetilcolina, un neurotransmisor, es necesaria pera el transporte de los ácidos grasos hacia el interior de las células. Su falta produce desajustes metabólicos. Mil doscientos mg/kg. día. El exceso provoca diarreas.

  • Vitamina C (ácido ascórbico): al contrario de lo que sucede con el hombre prácticamente todos los animales pueden sintetizar el ácido ascórbico, por lo que su ingestión exógena es innecesaria a niveles de salud. No obstante estuvo de moda entre algunos criadores, principalmente ingleses, aplicarlo a sus perros cachorros debido al factor favorable que ejerce esta vitamina para la hidroxilación de los aminoácidos prolina y lisina en el proceso de la formación del colágeno. Se le puede asociar a producir beneficios en procesos de cicatrización de heridas y, con dudas, como ayuda ergogénica. No es necesaria para el perro, pero su exceso no es tóxico.

ANTIVITAMINAS

Existen una serie de sustancias que impiden la utilización total de determinadas vitaminas.

Son las tiaminasas, la avidina, y el dicumarol:

  • Tiaminasa: es una enzima que está presente en las vísceras crudas de los pescados. Destruye la Vit. B1 (tiamina)
  • Avidina: alojada en la clara cruda de los huevos. Impide la absorción de la biotina, se desactiva con el calor. De todas maneras cuando se toma el huevo crudo entero la riqueza de biotina de la yema compensa la perdida que produce la avidina de la clara.
  • Dicumarol y similares: preparados que se utilizan en los raticidas, impiden la síntesis de la Vit. K, en el hígado. Sólo se ingieren por accidente.

MINERALES Y OLIGOELEMENTOS

Los minerales son elementos inorgánicos esenciales para el funcionamiento de los procesos metabólicos del organismo, como sucede con las vitaminas son esenciales para la vida, a pesar de ello no superan el 4 % del peso del organismo animal.

Un esquema de clasificación los dividiría en macroelementos y microelementos u oligoelementos según se encuentren en cantidades más o menos apreciables.

MINERALES

  • CALCIO Y FÓSFORO:

    El calcio y el fósforo son macroelementos necesarios para la formación y el mantenimiento del esqueleto. Intervienen en una amplia gama de reacciones metabólicas. Las investigaciones efectuadas demuestran que no son necesarias cantidades muy elevadas de calcio en la dieta

    En la actualidad las deficiencias de calcio y de fósforo en la dieta son inusuales debido a la alimentación con alimentos industriales muy equilibrados. Las dietas formadas por carne o tejidos orgánicos producen carencias de calcio. Las carencias de fósforo se suelen producir por un exceso de calcio.

  • MAGNESIO

    No se ha observado deficiencias de magnesio en perros. Está presente el huesos y tejidos blandos, su deficiencia ocasiona debilidad muscular, ataxia y, finalmente, convulsiones.

  • AZUFRE

    Es necesario para la síntesis del sulfato de condroitina y la heparina, un anticoagulante.

ELECTROLÍTOS: SODIO, POTASIO Y CLORO

Las necesidades de sodio se deben principalmente a las pérdidas diarias de este elemento por el organismo. En fase de mantenimiento las cantidades son muy bajas, no es así cuando el perro hace ejercicio. Parece que el perro es muy resistente al aumento de la hipertensión por ingesta de sal, el exceso se resuelve con una mayor excreción de orina y agua, junto con un aumento de la sed y el lógico consumo de la misma.

El potasio es el principal catión presente en el líquido intracelular. Un tercio del potasio celular está unido a las proteínas, el resto se encuentra ionizado. El potasio ionizado intracelular proporciona la presión osmótica indispensable para numerosas reacciones enzimáticas. La pequeñísima cantidad de potasio presente en el líquido extracelular contribuye a la transmisión de los impulsos nerviosos y a la contracción de las fibras musculares. Prácticamente todos los alimentos contienen potasio.

El ión cloro representa dos tercios aproximadamente del total de los aniones presentes en el líquido extracelular. La cantidad de cloro ingerida por los animales va en paralelo con la de sodio. No se han comprobado deficiencias en los perros, excepto en casos de diarreas, si el perro no orina se puede producir su concentración.

MICROELEMENTOS U OLIGOELEMENTOS

  • MANGANESO

    No se han descrito deficiencias de manganeso en los perros. Actúa como componente de diversas enzimas.

  • COBRE

    Es necesario en el organismo para la absorción y el transporte del hierro, formación de la hemoglobina y funcionamiento del sistema enzimático.

  • ZINC

    Junto con el hierro es el microelemento más abundante en el organismo. Es importante para el metabolismo normal de los hidratos de carbono, lípidos, proteínas, ácidos nucleicos y para el mantenimiento de la integridad de la epidermis, del sentido del gusto y del sistema inmunológico.

  • SELENIO

    Protege las membranas celulares de las lesiones oxidativas. Debido a la abundancia de selenio en los alimentos nunca representan problemas en los perros. Su ingesta excesiva es tóxica.

  • YODO

    Es indispensable para que la glándula tiroides sintetice las hormonas tiroxina y triyodotironina. El cretinismo puede manifestarse en animales jóvenes, con déficit de crecimiento, lesiones cutáneas, deformidades del esqueleto y disfunciones del sistema nervioso central.

  • CENIZAS

    Son una parte necesaria en cualquier tipo de dieta completa y equilibrada. En ella están contenidos todos los minerales necesarios, como el calcio, fósforo, sal, hierro, etc. Una dieta baja en cenizas puede hacer que el animal sufra deficiencias en estos u otros minerales y, en consecuencia, problemas de salud.

  • FIBRA

    La fibra de la dieta es una materia vegetal formada por varias formas de hidratos de carbono, como la celulosa, la hemicelulosa, la pectina, los mucílagos también las gomas vegetales. La lignina es el único constituyente no-glúcido de la fibra. Las fibras no se pueden degradar para su absorción en el intestino delgado.


GESTACIÓN Y LACTANCIA

La alimentación adecuada en época reproductiva es indispensable, no sólo para la salud de los progenitores, sino de la descendencia. Antes de la crianza, tanto la hembra como el macho deben estar en el mejor estado físico posible, bien ejercitados y en su peso ideal, en especial la hembra. Si la hembra está demasiado delgada no tendrá suficientes reservas para abastecer los requerimientos nutricionales de sus cachorros ni, durante el embarazo, de los fetos.

Si la futura madre tiene un peso adecuado no es necesario aumentar la ingestión de alimentos durante las primeras cinco o seis semanas. En la perra embarazada los fetos son muy pequeños hasta el final de la novena semana. Menos del 30 % del crecimiento se produce antes de la sexta semana del embarazo. Como consecuencia de esto las necesidades de aumentar la alimentación de la madre durante estas seis primeras semanas es escaso. Las tres cuartas partes del peso y la mitad de la longitud se alcanzan entre los 40 y 45 días de la gestación. Es por eso que la nutrición adecuada en cantidad y, sobre todo, en calidad es vital para asegurar el desarrollo óptimo de los fetos. En este último período del embarazo se debe aumentar la cantidad de alimento entre un 25 y un 50 % de su ración normal. El peso máximo no debería aumentar más de un 25 %. Una perra de tamaño medio de entre 20 y 25 kilos de peso en su estado normal debería pesar entre 24 y 25 kilos como tope máximo al final del embarazo.

Como consecuencia del aumento de peso de los fetos se reduce el espacio abdominal disponible, por lo tanto facilitaría mucho la buena asimilación de los alimentos de la perra que se dividiera la ingesta normal de los alimentos entre más sesiones pequeñas.

La glándula mamaria se desarrolla en los últimos cinco días, lo mismo que la producción de leche. Factores bastantes fiables de que se acerca el momento del parto son una disminución del apetito que puede llegar incluso a la negativa total de comer en algunas perras como 12 horas antes del acontecimiento. Otro factor a tomar en cuenta es una ligera bajada de la temperatura en ese mismo último período.

Después del parto se produce un período de inapetencia durante las 24 horas siguientes. Inmediatamente al parto se debe proporcionar agua fresca a la perra en cantidad libre. Es una precaución aconsejable humedecer los alimentos con agua templada para aumentar su palatividad y sobre todo ayudar a la hidratación de la madre.

La ingesta del número apropiados de calorías es el concepto más importante durante la época de lactación; sin una comida suficiente en cantidad de energía, la producción de leche materna se vería afectada y en todo caso la madre sufriría una perdida de peso radical. Los factores a considerar para calcular el impacto que la alimentación de los cachorros son: el estado nutricional de la madre y su peso en el momento del parto y el número de cachorros. Dependiendo de esto último la perra consumirá dos o tres veces más alimentos que en estado normal.

Como norma general deberá comer:

  • Durante la primera semana de lactación: de una a una y media veces más que la ración de mantenimiento.
  • En la segunda: dos veces.
  • Tercera y cuarta semana: entre dos y media y tres.

Tras la cuarta semana la cantidad de leche tomada por los cachorros disminuirá por la aportación de comida sólida.

La toma de agua es un factor de suma importancia en esta etapa.

A partir de la sexta o séptima semana el destete de los cachorros será total y se producirá por lo tanto la retirada de la madre. El día del destete debe dejarse a la perra en ayunas y en los días sucesivos se reducirá la cantidad de alimentos hasta alcanzar el nivel normal de mantenimiento, todo esto a condición de que la salud del animal lo permita.

La perdida de peso durante la lactación no deberá superar el 10 % del peso de la perra.

Normalmente no es necesario ningún tipo de suplementos durante el embarazo y lactación, no obstante, y para tranquilidad del criador, se puede administrar un buen complejo vitamínico-mineral. Todo lo anterior sólo es válido si la madre está consumiendo una dieta comercial de calidad y apropiada para su estado. La administración de calcio no es necesaria ni para la salud de la perra ni del desarrollo fetal sano.


ALIMENTACIÓN DE LOS CACHORROS

La madre produce durante las primeras horas un tipo especial de leche llamado calostro. Este calostro es de vital importancia para proporcionar inmunidad a los cachorros, es aportada por medio de inmunoglobulinas y otros factores que se absorben por medio de la mucosa intestinal. Una vez absorbido por el organismo protege de una serie de enfermedades infecciosas.

El calostro se componen en su mayoría de proteínas de gran tamaño que los cachorros absorben perfectamente intactas, esto no ocurriría si tuvieran más edad, pues la digestión de estos elementos sería completa quedando por lo tanto destruida su acción inmunizadora. El período de tiempo en que los recién nacidos pueden absorber intactas las inmunoglobulinas del calostro es muy corto, aproximadamente 24 horas.

No obstante el calostro va cambiando gradualmente de composición, adaptándose a fin de cubrir las necesidades de los recién nacidos hasta que alcanza la composición normal de la leche. La composición del calostro es más baja en proteínas, grasas, etc. que la de la leche normal.

La composición de la leche de perra es más baja en lactosa que la de vaca, por lo que no debe utilizarse ésta para sustituirla, por la intolerancia que puede provocar en los cachorros. Así mismo es muy rica en hierro en comparación a las de otros mamíferos, pareciéndose en esto a la de las gatas y a algunos marsupiales. Una de las principales proteínas que se encuentra en la leche de perra es la caseína, con una elevada capacidad de amalgamación con el calcio.

Los perros no tienen al nacer capacidad para defenderse del frío, en consecuencia y, aunque su principal defensa es el calor que irradia la madre, conviene tenerlos a una temperatura que no sea inferior a 22º. Aunque a la semana ya son capaces de temblar, hasta por lo menos los quince días deben de tener una fuente de calor ajena que les provea. Durante las cuatro primera semanas tienen que aumentar diariamente de dos a tres gramos de peso por cada kilo que les corresponda tener de adultos. En estas primeras semanas de vida el cachorro debe alimentarse a voluntad, al menos cinco o seis veces al día. Una ingestión insuficiente de alimentos podría aumentar los riesgos de enfermedades, sobre todo enfriamientos y las derivadas de ellos. Los ojos se abren aproximadamente a los 15 días, poco antes o poco después, los oídos ligeramente más tarde. Los dientes de leche aparecen entre los 21 y los 35 días del nacimiento.

La alimentación semisólida debe comenzar aproximadamente al mes de edad y, pocos días después, la sólida. Esta primera alimentación semisólida se preparará a base de alimentos apropiados comerciales mezclados con leche maternizada de perra o agua templada. Si se emplea leche, lo ideal es recurrir a leches maternizadas comerciales, que nos librarán de los problemas de intolerancia a la lactosa que se producirían con leche de vaca. Estas leches comerciales suelen tener como base leche de vaca modificada hasta ser similar a la de las perras. A los dos o tres días si los perrillos muestran interés por la nueva comida se puede empezar a darles alimento sólido. En cuanto se vea que comen normalmente, y a condición de que beban agua con normalidad, se les podrá apartar de la madre. Si no beben agua con fruición la madre tiene que seguir proveyendo de líquido, sobre todo si la alimentación es seca. Hay que huir siempre de las fórmulas caseras.

Si los cachorros quedaran huérfanos o hubiera que apartarlos de la madre prematuramente convendría tomar las siguientes precauciones:

  • Ambiente cálido al resguardo de corrientes de aire. Lecho limpio.
  • El sustituto de la leche debe tener la fórmula ideal, lo correcto es emplear un preparado comercial.
  • Proporcionarle las cantidades adecuadas basándonos en las indicaciones del preparado, el peso del cachorro y la edad.
  • Dividir la alimentación en cinco o seis comidas diarias, nunca más de seis-siete horas sin comer.
  • Alimentación con biberón, o sonda en el primer momento.
  • Limpiar al animal con un trapo o esponja húmedo y templado, incidiendo sobre todo en el vientre para sustituir a la labor de la madre, provocando la defecación y estimulando el apetito.
  • Empezar con el alimento semisólido más pronto de lo habitual, a las tres o cuatro semanas de edad.
  • Cambiar a alimento seco en cuanto pueda masticar sólido, a condición de que quiera beber abundante agua.

CACHORROS Y PERROS JÓVENES EN CRECIMIENTO

Son las etapas más importantes en el desarrollo de animal. De ella dependen el tamaño y la salud del adulto. El perro alcanza su madurez aproximadamente a los diez meses en las razas medianas, menos edad en las razas pequeñas y más en las grandes. Ésta es la etapa de máximo crecimiento y la que requiere más atención por parte del dueño. El crecimiento termina prácticamente a los dieciocho o veinte meses, aunque algunas zonas, como la cabeza, no alcanzan su plenitud en algunas razas hasta casi los tres años.

Por suerte hoy no tenemos que emplear fórmulas caseras, engorrosas, caras e inexactas, a no ser que seamos técnicos en dietética: los alimentos comerciales tienen preparados especiales para esta etapa crucial, lo mejor es recurrir a ellos.

La alimentación adecuada mantendrá equilibrado el desarrollo del esqueleto y del sistema muscular y sostendrá el ritmo de crecimiento adecuado a cada raza. Una alimentación excesiva podría provocar una maduración precoz y desequilibrios entre los sistemas óseos y musculares así como un hiperplasia de las células grasas, lo que se traduciría en una mayor tendencia a la obesidad en la edad adulta.

La hiperplasia, tanto de las células grasas como, en su caso de las musculares, es una propiedad de los animales jóvenes. Cuando un animal está obeso durante el crecimiento aumenta su número de células grasas. Por deducción lógica cuando un adulto se vuelve obeso, sus células aumentan de tamaño y si lo ha sido de joven contará con mayor número de células grasas que activar. La presencia de un mayor número de adipocitos puede producir una mayor tendencia a la adiposidad.

Una excesiva alimentación puede afectar al desarrollo de los huesos, tanto más cuanto más grande sea el tamaño de la raza.

Al contrario, una alimentación adecuada, pero restringida aumenta las expectativas de vida.

Una alimentación libre no es adecuada para perros en crecimiento por el descontrol que puede producirse al ser los alimentos comerciales apropiados para esa edad muy palatables y densos.

El ejercicio regular es una garantía de desarrollo correcto. Correr, nadar... son ejercicios adecuados para mantener activa la musculatura. Solamente se deben evitar los ejercicios demasiado prolongados o con pausas de descanso entre sesión y sesión insuficientes y los que sobrecargan el aparato locomotor.

NORMAS GENERALES:

  • La dieta debe ser lo más digestible posible, densa en elementos nutritivos y con una fórmula apropiada para favorecer el crecimiento.
  • Proporcionar dosis adecuadas en cantidad y calidad para que el perro tenga elementos suficientes de crecimiento, pero sin favorecer ninguna tendencia al engorde.
  • Hasta los 5-6 meses proporcionar al animal tres o cuatro comidas al día, a partir de ahí dos comidas son suficientes.
  • Intentar que el perro haga todos los días ejercicio vigoroso y regular.
  • No añadir elementos de alimentación humana a una dieta comercial equilibrada y apropiada para el desarrollo.

ALIMENTACIÓN DEL PERRO ADULTO

Cuando el perro o perra han llegado a su tamaño y maduración máximos de adulto es cuando se considera que debe someterse a una dosis de mantenimiento. Estas condiciones no se dan cuando el animal está bajo un estrés fuerte de ejercicio o de trabajo y cuando la perra esté embarazada o amamantando.

En esta etapa de la vida, en realidad como en todas, la alimentación debe ser equilibrada y con una formulación adecuada. Deben evitarse los excesos en calorías. Una falta muy común es considerar mejor una alimentación excesivamente rica en proteínas que sobrecarga todo el sistema de eliminación del animal. El ejercicio regular es un requisito indispensable para mantener la buena salud.

La vida sedentaria produce en el perro enfermedades que parecían propias hasta hace muy poco tiempo de los seres humanos.

GERIATRÍA

El organismo declina gradualmente en la capacidad funcional a partir del momento en que el perro alcanza la madurez, dependiendo esto de múltiples factores que inciden en que el deterioro de órganos y funciones sigan distintos ritmos dependiendo del individuo, de la raza y del tipo de vida que haya llevado el animal. Algunos perros muestran claros signos de vejez a los siete años de edad, otros permanecen en aparente juventud hasta los doce años o más, algunos envejecen lentamente, otros aparentemente de un día para otro. En cuanto a las razas, también muestran considerables diferencias en los procesos de envejecimiento, influyendo el tamaño, entre otros factores, a menos tamaño corresponde normalmente mayor longevidad y las razas gigantes son las que tienen menores expectativas de vida larga.

El promedio de vida en cada raza permanecería invariable sino fuera por factores que ejercen efectos modificadores, tales factores son la genética, higiene, alimentación correcta, ejercicio adecuado y la oportuna atención sanitaria. Este promedio puede considerarse de 12-13 años, y la edad máxima que han alcanzado algunos perros con carácter excepcional, podría aproximarse a los 26-27 años.

El envejecimiento influye en todos los elementos del organismo del perro. Experimentan cambios los sistemas musculares y esqueléticos, con disminuciones de fibras musculares y de densidad en la masa ósea, fallos en el sistema cardiovascular son responsables del 30 % de las muertes de perros viejos, así mismo los fallos en el sistema renal producen la muerte a una cuarta parte de los perros de edad, la capacidad de digerir, el descenso de la motilidad del colon influyen en la metabolización de los alimentos, así como también las modificaciones negativas en la dentadura con apariciones de placas bacterianas y pérdidas de dientes, la piel pierde flexibilidad y es menos elástica con la edad, la tasa metabólica en reposo también disminuye con los años y lo mismo se puede decir de la agudeza de los sentidos y disminución de los reflejos. Merecen mención especial los cambios de conducta en los perros ancianos, la artritis y otros dolores crónicos pueden producir irritabilidad en animales normalmente cordiales. Uno de los cambios más de notar es la tendencia a aumentar los hábitos fijos.

La disminución de requerimientos energéticos por la reducción de la actividad física puede llegar hasta el 20 %, el resto de los elementos nutrientes deben ingerirse en las mismas cantidades que en la edad madura.

NORMAS GENERALES

  • Hay que contemplar alimentar sin compañía a los perros muy ansiosos con la comida, aunque lo ideal es educarlos. Puede ser una buena medida alimentar juntos a los perros inapetentes para provocar su instinto competitivo. Es normal la rapidez al comer en los perros, heredada de su ancestro: el lobo.
  • Aunque hay perros que pueden se alimentados por el sistema ab libitum por su capacidad de autorregularse, lo normal es distribuir las tomas en una o varias veces al día, no siendo la menor causa de ello la conveniencia del dueño.
  • La alimentación casera requiere buenos conocimientos de dietética canina y es antieconómica cuando se tienen varios perros. Lo más lógico es recurrir a la alimentación comercial, cada vez más equilibrada, barata y digna de confianza.
  • La edad, actividad física, raza, estado gestante o no, temperamento y condiciones ambientales son los factores que nos sirven de referencia para controlar la cantidad y la calidad de la alimentación de nuestros perros.
  • Durante la gestación y lactación no se deben dar complementos de calcio si la alimentación de la madre consiste en un buen pienso comercial adaptado a sus circunstancias.
  • Los cachorros alimentados desde el principio con leche artificial son más susceptibles a las infecciones por la carencia del calostro.
  • El sostenimiento y creación de los tejidos musculares en el perro en crecimiento y en el deportista hace que la cantidad y calidad de las proteínas deba ser más elevada que la dosis de mantenimiento.
  • La obesidad hiperplásica se basa en el aumento del número de las células grasa. La hipertrófica en el tamaño.
  • Estudios totalmente fiables demuestran que la ingestión aumentada de grasas digeribles aporta la energía extra necesaria para rendir de manera adecuada en los ejercicios de resistencia, aumentando la fuerza en el perro que trabaja.
  • En general un tercio de la alimentación debe suministrarse como tres horas antes de hacer ejercicio. El resto distribuido en una o dos tomas durante el resto del día.
  • Los galgos y perros que hacen esfuerzos rápidos y cortos extraen su energía del metabolismo anaeróbico de los hidratos de carbono al contrario de los perros que trabajan en resistencia. No obstante, los mecanismos para metabolizar las grasas son muy eficientes y suficientes en el perro en relación con los del ser humano.
  • Los perros que tienen que soportar temperaturas inferiores a 15º deben ingerir por lo menos una cuarta parte más de calorías que en temperaturas más templadas.

TRABAJO Y DEPORTE

  • La cantidad del alimento de un perro activo dependerá del tipo de ejercicio que haga, de su duración y de la intensidad con que lo efectúe. Como norma general los perros que hacen ejercicio tienen unas necesidades energéticas superiores a las del perro sedentario, las variaciones en la calidad también varían, pero no en el mismo grado.
  • El tipo de energía que se utiliza durante el ejercicio varía según éste sea un ejercicio de rapidez, o fuerza, con alta intensidad y los de resistencia. A esto se une en los perros de trineo que el esfuerzo se suele efectuar en condiciones ambientales frías. Para los estudios del esfuerzo en perros, normalmente se han empleado los de arrastre y los galgos. Los primeros utilizan energía derivada del metabolismo aerobio o mixto aerobio-anerobio, los segundos emplean vías de metabolismo anaerobio.
  • Una norma utilizada con frecuencia nos dice que las necesidades energéticas aumentan entre una vez y media y dos veces y media sobre los requerimientos considerados normales cuando de efectúa en temperaturas ambientales corrientes. Si se hace en ambientes fríos las necesidades de energía pueden aumentar hasta en un 50 % o, incluso más.
  • Aunque es evidente que la energía es el nutriente más importante en el ejercicio, hay muchas teorías sobre la manera de obtenerla. La <<carga de glucógeno>>, muy común en los humanos, es muy difícil de realizar en los perros, la ingestión de grandes cantidades de hidratos de carbono durante los días previos al esfuerzo, necesarias para que se produzca de manera efectiva estas <<cargas>> producen desarreglos importantes en el animal, las menores de las cuales no dejan de ser fuertes descomposiciones que debilitan enormemente al perro, pudiendo llegar además a producirle hiperglucemias temporales o glucosurias, algunos autores creen que la excesiva ingestión de hidratos es responsable de la aparición de la rabdomiólisis. El perro, como todos los cánidos, es un carnívoro convertido en omnívoro oportunista, como tal, su organismo está magníficamente preparado para obtener la energía de los ácidos grasos, de los cuales obtiene alrededor del 70 % de la energía. Libre, en la naturaleza, este porcentaje subiría casi al cien por cien.
  • Experimentos realizados en cintas de correr con perros de distinta raza han demostrado que los alimentados con una dieta seca de mantenimiento pobre en ácidos grasos aguantaban menos de hora y media de ejercicio continuado, mientras que los que lo eran con una dieta también seca que era rica en grasas comestibles, superaban ampliamente esos tiempos sin dar señales de agotamiento. Una de las características principales de los alimentos ricos en grasas dietéticas es su alta densidad.
  • Proveer de agua durante el ejercicio es aún más importante que cubrir las necesidades energéticas.
  • Tomar pequeñas cantidades de alimentos durante el ejercicio muy prolongado puede ser beneficioso para aumentar el rendimiento del animal.
  • En los ejercicios de tipo rápido-intenso, de los cuales son los mejores exponentes las carreras de galgos, la energía se obtiene por vía anaerobia. Aunque se suele incrementar la cantidad de hidratos de carbono en los perros que participan en deportes de velocidad, estos cambios no parecen influir en la velocidad del animal, los galgos parecen estar perfectamente adaptados a este tipo de esfuerzo y la recuperación de su PH en sangre y de su concentración de lactato no supera el espacio de una hora después del esfuerzo. Por otra parte, y como peculiaridad muy importante, los perros comparten con unas pocas especies animales una característica que les permite sintetizar glucosa a partir de algunos aminoácidos presentes en las proteínas, esto hace que pueda mantener estable su nivel de glucosa en sangre sin riesgos de carencia.
  • Los perros sometidos a temperaturas extremas experimentan bajadas de peso aunque se les aumenten las cantidades de calorías. Los resultados de las observaciones demuestran que es necesario un aumento de un 25 % de calorías para que el perro soporte sin menoscabo para su salud las temperaturas bajas.

SUPLEMENTOS Y ALIMENTACIÓN HUMANA

  • Si el animal está alimentado con una buena comida comercial de calidad contrastada es innecesario suplementar con alimentos naturales, complementos vitamínico y, sobre todo, restos de comida humana. La cantidad suplementada no debe superar en ningún caso el 25 % de la cantidad total del alimento ingerido.
  • Carne y pescado: Son insuficientes en minerales y determinadas vitaminas como: calcio, fósforo, sodio, hierro, cobre, yodo y vitaminas liposolubles.
  • La carne y el pescado no se deberían dar nunca crudos. En el caso de la carne significativamente si se trata de vísceras por el peligro de la contaminación con parásitos, en el del pescado, por lo mismo y, además, para eliminar la presencia de la tiaminasa, presente principalmente en los arenques y carpas.
  • Grasas y aceites: Con moderación se pueden emplear para mejorar la palatividad de los alimentos secos, también, si es de origen vegetal, para incrementar la cantidad de ácido linoléico.
  • Huevos: Es, con mucha diferencia, una de las proteínas de máxima calidad. Debe someterse siempre a una, aunque sea mínima, cocción. La clara cruda contiene avidina que elimina la biotina.
  • La yema contiene un 33 % de grasa, 65 % de sustancia seca y un 4 % de ácido linoléico.
  • Leche de vaca: Por su alto contenido de lactosa puede provocar diarreas. Es una importante fuente de proteínas de máxima calidad, calcio y fósforo. No se debe usar para alimentar a los cachorros.
  • Queso: Es una fuente de proteínas y grasas de primera calidad. Contiene demasiado fósforo en proporción al calcio. Es muy palatable.
  • Hígado: Muy rico en proteínas de gran valor biológico, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales. Es pobre en calcio y guarda una desproporción destacable entre calcio fósforo. Una dieta con predominio de hígado puede acusar hipervitaminosis A y deficiencias de calcio.
  • Vegetales: Bien tratados, y complementados con proteínas de origen animal y minerales, son buenos para el perro. Preparar una dieta a base de vegetales es difícil y muy costoso. Además es poco apetecible para el perro.
  • Huesos: Son un buen entretenimiento. Hay que evitar los huesos que se rompan en punta, generalmente de pollo o conejo.
  • No se le deben dar nunca restos de comida. Son muy altos en sodio y su excesiva condimentación, aparte de ser perjudicial, le hacen menos apetecible su comida normal.
  • Las necesidades de los perros son distintas a las de los seres humanos. Lo que es bueno para nosotros no lo es, necesariamente, para nuestros animales.
  • El chocolate y las cebollas son excesivamente tóxicos. Ciento veinte gramos de chocolate puro pueden matar a un perro de 20 kilos de peso. El consumo continuado o excesivo de cebolla, puede provocar anemias de cuidado.